Homenaje a la citroneta por sus 60 AÑOS

No hay duda de que hay vehículos más potentes, más rápidos, más elegantes e incluso más vendidos, pero es probable que ninguno haya sido tan querido por sus propietarios como la fiel citroneta, al punto de que muchos las bautizaban y llegaban a tratarlas como un integrante más de la familia.

A fines de los 60 y principios de los 70 eran una presencia extendida en Arica, que era también uno de los muchos lugares donde se fabricó. Incluso fue utilizada como taxi, llevando a melenudos de pantalones pata de elefante y a lolas de mini a los alejados sectores de la población Venceremos y subiendo trabajosamente a las alturas del Cerro La Cruz.

ORGULLO FRANCES

La historia de la citroneta se mezcla con las tensiones de la entreguerra europea.

En la Alemania Nazi los primeros Volkswagen (auto del pueblo en ese idioma) empezaban a cumplir el sueño de Adolfo Hitler de poner los vehículos motorizados al alcance de la clase media de su país.

Al otro lado de la frontera, la fábrica Citroen toma esto como un desafío al orgullo nacional y decide que el ciudadano francés medio también debe motorizarse, particularmente los millones de campesinos que más allá de París y Marsella constituyen el grueso de la población y el alma de Francia.

Así, como relata la página de internet citroneta.cl, Pierre Boulanger, director general de la fábrica, encarga a sus ingenieros un vehículo económico y sencillo, fácil de conducir y mantener, pero que sea al mismo tiempo cómodo y seguro.

Las especificaciones que debían cumplir los diseñadores eran tan simples como un vehículo capaz de llevar a cuatro personas y cincuenta kilos de equipaje a 50 kilómetros por hora, sin lujos, pero con toda comodidad.


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